LA CALMA, de Ritxi Poo

Presentación de LA CALMA (L.U.P.I., 2023), de Ritxi Poo. 

—Zirika! Herri gunea. Bilbao, 26 de enero de 2023—

 

Estimo que en estos tiempos de dispersión y sobre estimulación, la presentación de ese objeto destinado a la soledad y el silencio que es el libro debe comenzar por lo que, normalmente, se deja para el final: el capítulo de agradecimientos. Agradecimientos y, por supuesto, felicitaciones.  

Hay que agradecer a los presentes el haber optado por la presentación de un libro de poemas en esta tarde invernal, con partido de Copa incluido, y felicitarles, cómo no, porque su elección los honra y habla mucho y bien de su buen criterio.  

Habría que destacar y agradecer la labor del editor, Juanje Sanz, que ha amalgamado con mimo los diferentes elementos que conforman este La Calma, y felicitarle por la visión que demuestra al sumar el nombre de Ritxi Poo al de autores y autoras tan singulares, como Pablo Müller, Itziar Rekalde, Ángela Serna y Bartolomé Ferrando, entre otros.  

Nos queda, finalmente, agradecerle al autor que nos comparta el fruto de su búsqueda de estos últimos cuatro años, y felicitarle por no haberse dejado avasallar por la duda: CREO, LUEGO DUDO es la máxima, como queda descartado que dijera Descartes.  

En ocasiones, Ritxi Poo, con la honestidad que le caracteriza, me ha transmitido sus dudas acerca de lo que escribe, e incluso sobre el hecho mismo de escribir y publicar. La razón que aduce es sentirse fuera del elemento, como que la poesía va por otro lado y él parece no encajar. (Esto es algo que nos asalta a más de uno, seguramente.) Es lícito pensarlo, porque quizás sea cierto. Lo que a mí me lleva a preguntar: pero ¿qué es lo que no encaja?, ¿la poesía de Ritxi Poo o la poesía en general?  

La Calma está minado de citas, literarias y musicales. Me parece significativa la extraída de la canción «Tiempos nuevos, tiempos salvajes», de Ilegales. Este grupo consigue que la música punk tenga tanto de música como de punk; de la misma manera Ritxi Poo consigue que la poesía de la conciencia crítica tenga tanto de poesía como de conciencia y de crítica.  

La elección de Ilegales enmarca en unas coordenadas vitales reconocibles este La Calma espinoso, excelentemente introducido por el poema visual de Javier Seco en la portada. Paralelamente, en mi prólogo al libro he recurrido al poeta y filósofo (ecopensador) Jorge Riechmann, porque nos ofrece un marco teórico muy sólido para lo que hacemos. (No voy a reproducir aquí lo que se puede encontrar en el prólogo a La Calma.) Hablar de si la poesía, o nuestra poesía, va por el lado equivocado o no, me hace pensar de dónde viene y cuál es su finalidad. En otro lugar, Jorge Riechmann asocia el nacimiento de la poesía moderna con la muerte de Dios (Peces fuera del agua, Baile del Sol, 2016).

Fue el narrador alemán Jean Paul (1763-1825), coetáneo de los grandes poetas románticos, quien lo sentenció a comienzos del s. XIX en su Sermón de que Dios no existe dicho desde la torre del mundo por Cristo muerto. Riechmann subraya: «La poesía moderna nace, con el romanticismo alemán, en el vació de sentido que produce la “muerte de Dios” —y de ahí la fortísima tentación de convertirse en un sucedáneo de la religión». Podemos colegir el caso paradigmático de J.R.J.

A partir de ese momento, tenemos, pues, al hombre que se queda a solas frente a la naturaleza, sin falsas trascendencias y sabiendo que va a morir para siempre. Esta es ahora su realidad y debe ser responsable con su realidad. La poesía vendría a ser esa llamada a la responsabilidad. La poesía, en palabras de Yves Bonnefoy, «es el lugar de la exigencia de la responsabilidad».

Continúa Yves Bonnefoy en su discurso en el Auditorio Juan Rulfo de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, México (2 de diciembre de 2013): «El medio ambiente de la Tierra vive amenazado. La lectura de poesía nos regresa a la capacidad fundamental, una apertura si se puede llamar así, de recentrar nuestra atención sobre el lugar terrestre como tal. Ahora en que muchas de las especies desaparecen, en que el aire está contaminado, en que la población es tan numerosa que no hay suficientes recursos, es necesario tomar conciencia de nuestro papel, y el papel de la poesía es facilitar esta toma de conciencias. Necesitamos una voz profética que anuncie los desastres y despierte la conciencia.»

Yo digo que necesitamos a poetas como Ritxi Poo, que despiertan la conciencia y llaman a la responsabilidad.

José Blanco