Órganos vitales afectados


En algún momento de El Banquete, Platón habla de la belleza. Dice que la percibimos por el órgano al cual la belleza le es perceptible.

He pensado en esta idea y creo que Platón estaría de acuerdo conmigo en que no siempre es el mismo órgano, o al menos, no siempre se encuentra en el mismo estadio de desarrollo, por lo que la percepción va variando de grado.

Me interesa, también, la idea de la belleza como afección que padecemos, siendo el caso crónico el Síndrome de Stendhal.

El diálogo de Platón al que he aludido trata sobre el amor. Quienes me habéis leído sabéis que en mi imaginario el amor, la belleza, la poesía y la felicidad son conceptos extrapolables, cuando no sinónimos.

Asimismo, el órgano que sintetiza estos humores, al que le son perceptibles estas nociones, en mi caso es, genéricamente, el "corazón" (no confundir con la víscera dentro del pecho).

Bajo el título Órganos vitales afectados he empezado a realizar lecturas como adelanto de lo que va a ser mi nuevo libro, Amuleto, que trata de las diferentes fases de formación de dicho órgano.

Homenaje a Baile del Sol

Teatro del Mar, Punta Umbría, 5 de mayo de 2018

Comencé a publicar hace treinta años porque obtuve dos premios pequeños. Esto me hizo pensar que en lo sucesivo iba a se así, lo que fuera escribiendo debía presentarlo a algún concurso para publicarlo. Sólo sonó la flauta en esas dos ocasiones, ya que a continuación, premio al que me presentaba, premio que ganaba Manuel Moya.

Por esos años (1998) yo había empezado a asistir a los encuentros de editores independientes, Edita, de Punta Umbría. Allí tuve la suerte de cruzarme en el camino de dos jóvenes y entusiastas editores canarios, Ángeles Alonso y Tito Expósito, que se interesaron por lo que escribía en ese momento. 

Quizá sin proponérselo o sin ser del todo conscientes, con su línea editorial estaban construyendo un canon de poesía de conciencia crítica. No hay más que ver las personas que me acompañan en la fotografía (de izquierda a derecha: Eloísa Alba, Eladio Orta, Eva Vaz, el editor Tito Expósito, Antonio Orihuela, Uberto Stabile, Inma Luna, Rafael Delgado, Manuel Moya y Ángel Calle). Luego se vería que a lo mejor yo era un poco ajeno a ese canon. No obstante, siguieron apostando por mi trabajo y aceptaron libros heterodoxos por su planteamiento conceptual, como Memoria del caos y La deriva de Marcos Sima.

Resulta evidente que su confianza me ha aportado muchísimo más de lo que jamás podrán obtener de estos libros alérgicos a criterios comerciales. Sólo puedo decir gracias, Ángeles, gracias, Tito, y gracias, Inma, por sacar a bailar al chico más raro de la fiesta.